CHILE: OTRA MIRADA
“Yo cambio
la primavera porque tú me sigas mirando”
Este verso de Pablo Neruda escrito para Matilde Urrutia se
puede leer en su casa La Chascona en Santiago de Chile, era el último día de
nuestro viaje por tierras chilenas.
El mismo espíritu que el verso de Neruda impregna su casa .Una
casa llena de amor, prolongando su obra poética.
Neruda buscaba el enclave, los materiales, elegía los objetos que traía de
diferentes países que visitaba, sus casas a la que le gustaba compartir con sus
amigos son un reflejo de su personalidad: La Chascona la casa donde murió.
La Chascona se encuentra en el cerro San Cristóbal, es el
segundo punto más alto de la ciudad de Santiago de Chile. Tiene a sus pies el Barrio
Bellavista, que es pintoresco con aire bohemio, aunque antaño fue el lugar
elegido de la clase alta, lo que hace que tenga una arquitectura particular.
Por el día es bonito pasearlo y acercarte a La Chascona, por
la noche hay una gran diversión en restaurantes y locales de música.
Algunas fachadas pintadas nos recordaban otras del Cerro
Alegre en Valparaíso, aquí empezamos nuestro viaje en la primavera del año pasado.
Valparaíso es el principal puerto de Chile, tiene 40 cerros,
el más sorprendente y divertido por su colorido es Cerro Alegre, aquí los
grafitis son arte e inundan las fachadas y calles convirtiéndolo en un gran
mosaico de colores. Es una ciudad en restauración, donde sus vecinos le están
dando otro aire, una ciudad que invita al baile y a la milonga. Nada que ver
con su vecina Villa del Mar, mas señorial y más europea. Recorrimos esta parte
llegando hasta Concón y su playa de surferos.
Después de Valparaíso continuamos nuestro recorrido hacia S.
Pedro de Atacama donde nos esperaba el Valle de la Luna, Los Geiseres del Tatio
y el Salar de Tara.
Ir a San Pedro de Atacama es olvidarse del tiempo y adentrarse
en un desierto que ofrece muchas opciones para quedarte maravillado, no sólo
por sus excursiones también por el cielo encamado de estrellas por la noche. Es
disfrutar de la inmensidad y del silencio.
El Salar de Tara es uno de los lugares más recónditos del
altiplano, utiliza como eje central la carretera internacional Paso Jama. En el
inicio del recorrido vimos el volcán Lincacabur, majestuoso dándonos la
bienvenida, desde lejos veíamos las Lagunas Blanca y Verde en Bolivia.
Ya en carretera estábamos a
4000 ms., altitud que se mantuvo casi todo el día. Hicimos varias paradas como
en el salar de Pujsa, el de Aguas Calientes, los monjes de la Pacana que son
grandes formaciones rocosas que se asemejan a personas que cuidan el lugar y el
salar de Tara rodeado de grandes rocas llamadas catedrales, donde es posible
avistar diversidad de aves además de vicuñas y llamas, todo ello rodeado de un gran
valle con diversos colores y formas.
Al día siguiente antes del amanecer nos fuimos al campo
geotérmico del Tatio, con los primeros rayos de sol aparecen violentos chorros
de agua caliente que se condensan en enormes fumarolas de vapor, el más grande
de los geiseres es el del francés, al lado está la piscina termal donde a los
turistas les gusta disfrutar de un baño. Regresamos a San Pedro de Atacama pero
antes hicimos una parada en un pueblo de pastores llamado Machuca en el cual
hay una pintoresca iglesia. Nos tomamos un tentempié de brocheta de llama a la
brasa y un poco de queso de cabra.
Por la tarde visitamos el Valle de la Luna hay gente que lo recorre
en bicicleta. Hicimos una caminata por el Valle de la muerte entre rocas de
color rojizo, luego nos paramos en las minas de sal o Tres Marías, la sal le
daba un aspecto nevado y terminamos
viendo el atardecer en la Duna Mayor, la despedida del sol del día cambia de
color todo el valle.
Dejamos S. Pedro de Atacama con la sensación de que era
difícil superar tanta belleza y con las ganas de habernos quedado más tiempo
para disfrutar de este espacio mágico, dicen que es un sitio energético muy
positivo por el cuarzo y otro minerales que hay en el lugar.
Volamos a Temuco y allí alquilamos un coche para recorrer la
panamericana y conocer la zona de Pucón – Villarrica. Nos alojamos en un logde
en el bosque con vistas al volcán Villarrica que es el más activo de Sudamérica.
El atractivo de esta zona son los bosques, parques nacionales, volcanes y agua
mucha agua ríos con saltos, cascadas: azul con blanco, azul con verde, azul con
marrón…
Cenamos en Trawen (lugar de encuentro )
y planificamos nuestra estancia en esta zona al sur de Chile, Región
Araucania.
Recorrimos Ojos del Caburga a través de pasarelas de madera
rodeadas de una fantástica vegetación, terminamos el día en las termas Los
Ponzones, un spa natural donde se puede disfrutar de un baño relajante en las
piscinas naturales de piedra con diferentes temperaturas a lo largo del rio
Liucura.
Al día siguiente nos fuimos al Parque Nacional Huerquehue
(lugar de mensajeros), hicimos una caminata de 12km por el sendero de Los Lagos: Lago Verde,
Toro, Chico. Una caminata para relajar los sentidos con el sonido de los saltos
de agua, hermosas cascadas y un bosque lleno de helechos, hongos, musgos,
líquenes, lengas y araucarias.
Desde Pucón nos fuimos en coche a Curarrehue (altar de
piedra).Es una comunidad principalmente mapuche dedicada a la ganadería y a la industria maderera .Dedicamos el
día a realizar una travesía con gran atractivo por el Parque Nacional
Villarrica .Fue una combinación de hermosos bosques de araucarias y bellas
lagunas con paisajes de alta montaña e impresionantes vistas al volcán Lanín.
Seguimos el Sendero Lagos Andinos .El recorrido empieza bordeando el rio
Momolluco, en algunas partes esta poco señalizado y no es fácil reconocer el
sendero, para llegar a la Laguna Perdida tuvimos que atravesar troncos caídos
que nos sirvieron como puentes. En una parte del sendero se encuentra el Camino
Internacional (frontera Chile- Argentina ) y
el Lago Quilleihue.
Nos empequeñecimos ante hermosas y enormes araucarias estos
árboles tienen gran importancia etnobotánica por la relación que tuvieron con
los asentamientos humanos (comían sus semillas) y fueron determinantes para el
desarrollo de la zona.
Dejamos esta región de volcanes, bosques y lagos siguiendo la
carretera por la región de los 7 lagos ( Ligan Rey) para llegar a Pargua.Tras
cruzar el canal de Chacao en un ferry
aparece la isla de Chiloé, lo primero que nos sorprende es la hospitalidad de
su gente, los chilotes, mezcla de los colonizadores españoles y el pueblo
huilliche.
La isla tiene una gran
riqueza mítica, costumbrista y culinaria pero sobre todo una arquitectura
relevante manifestada en sus palafitos de colores características
construcciones en madera y por iglesias y capillas de los siglos (XVIII y XIX) 16 de las cuales
son Patrimonio de la Humanidad
Volamos hasta Punta Arenas y desde aquí nos fuimos a Puerto
Natales para cumplir otros de nuestros objetivos del viaje: trekking por Torres
del Paine. Las cuales se erigen únicas y majestuosas en el sur de la Patagonia
chilena.
Desde Puerto Natales nos vamos en bus, con una pequeña parada
en Cerro Castillo para tomar un café y preparar el espíritu ante el regalo de la naturaleza que
nos esperaba. El ingreso al parque lo hicimos por Porteria Laguna Amarga.
Torres Paine
Llegamos en catamarán al refugio Torres del Paine. Por la tarde caminamos bordeando el Lago Pehoé.
Llegamos en catamarán al refugio Torres del Paine. Por la tarde caminamos bordeando el Lago Pehoé.
El segundo día hicimos trekking hacia el Valle Francés: las
dos primeras horas fueron suaves y con vistas al lago Nordensjöld hasta llegar
al Campamento italiano en donde se puede apreciar el
valle rodeado de un conjunto de montañas y el glaciar del monte Paine que con su constante deshielo forma cascadas de agua que alimentan al rio francés y cuyo sonido hace que te sobrecojas ante semejante espectáculo de la naturaleza, un rio de nieve chocando sobre las rocas. Sigues subiendo por el valle del rio francés hasta llegar al Mirador del Glaciar Francés y los que quieran siguen el sendero hasta el campamento Británico y luego el Mirador Británico .Es difícil describir las sensaciones y la belleza que puede tener la naturaleza, era fácil pararte y quedar admirado y extasiado pues parecía que ya no podía ser más y seguías y había más. 10 horas en conexión plena con la madre tierra.
valle rodeado de un conjunto de montañas y el glaciar del monte Paine que con su constante deshielo forma cascadas de agua que alimentan al rio francés y cuyo sonido hace que te sobrecojas ante semejante espectáculo de la naturaleza, un rio de nieve chocando sobre las rocas. Sigues subiendo por el valle del rio francés hasta llegar al Mirador del Glaciar Francés y los que quieran siguen el sendero hasta el campamento Británico y luego el Mirador Británico .Es difícil describir las sensaciones y la belleza que puede tener la naturaleza, era fácil pararte y quedar admirado y extasiado pues parecía que ya no podía ser más y seguías y había más. 10 horas en conexión plena con la madre tierra.
El tercer día nos levantamos pronto para ir al Glaciar Grey,
después de caminar 1h 30´llegamos al primer mirador desde donde es posible
observar el Glaciar a distancia. Seguimos caminando por un sendero que circula
por la ribera oeste del Lago Grey después de cerca de 2 h. se llega al mirador
principal con unas vistas espectaculares de témpanos de hielo azul turquesa
flotando sobre el lago.
Llegamos al Refugio Grey, un lodge blanco con preciosas vistas
a la montaña nos invitaba a quedarnos y disfrutar de este maravilloso lugar.
Tomamos un tentempié y nos dirigimos para realizar una caminata inolvidable por
el Glaciar Grey. Una experiencia alucinante entre bloques de hielo, grietas
profundas y cavernas.
El Glaciar Grey es el de mayor magnitud de todos los
existentes dentro del Parque Nacional. Esta maravilla natural de importantes
dimensiones, forma parte del Campo de Hielo Patagónico Sur.
Caminar por el glaciar es una sensación extraña, es caminar sobre cristales con una
zancada ancha y levantando bien los pies. Es una excelente manera de conectarse
con el Universo, con la naturaleza. Recordar estas sensaciones sobre los hielos
del glaciar es despertar una sonrisa interior, es llevarte a esas cosas que uno
hace y siempre las recuerda con enorme felicidad.
Al día siguiente emprendimos el regreso de nuevo a Puerto
Natales y desde allí a Santiago de Chile donde visitamos una casa también de
color azul llamada por sus dueños “La Chascona”
…Un chorro de luz alegre me golpeó el rostro
cuando abrí las ventanas. Tranquilo venia el mar, tranquilo estaba el cielo, y
un aire tranquilo mecía las flores del jardín.
Me sentía
animosa, le debo haber sonreído a esa mañana llena de luz.
(Matilde
Urrutia: Mi vida junto a Pablo Neruda. Ed. Pehuén, 2010)
https://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=974665
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Autor: Aurora